Por Beatriz Pardo,
Con la llegada de la Postmodernidad, ese
concepto tan del siglo XXI, llegaron a la historiografía de la disciplina histórica
nuevos temas: la cultura popular, la microhistoria, la cliometría, historia
social de las clases populares... y la historia de género. Estas nuevas
tendencias parecen reflejar el espíritu de la postmodernidad por darle voz a
aquellos colectivos que no la tienen en la historia tradicional, a los
"people without history", como los llama Wolf (Europe and the People without History, Berkeley, 1982).
Uno de estos colectivos son las mujeres, o la mujer, recogiendo a todas
ellas.
Génesis
Los antecedentes más inmediatos de la Historia de las mujeres y de las relaciones
de género los encontramos en los años 60 del siglo XX, con el
auge de los movimientos sociales (mov. feminista) e incorporación de las mujeres
a departamentos de Historia, sobre todo en EEUU. Es en este momento cuando se
instaura el marco conceptual de la teoría feminista y su reivindicación: la
Historia de la humanidad se había escrito de forma androcéntrica. Desde EEUU
pasó a la historiografía europea, primero en la británica y luego en la francesa
e italiana hasta llegar a España. En los años 70 se le llamó “historia
contributiva” y en los años 80 “historia de las mujeres”. Desde ahí ha
evolucionado a la “historia de género” o de las “relaciones de género” de la
actualidad.
¿Qué es y qué pretende
la perspectiva de género?
Según
J. Scott: “el género es un elemento
constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que
distinguen los sexos, pero el género es también una forma primaria de
relaciones significantes de poder”.
La perspectiva de genero
pretende visibilizar y analizar (ver
históricamente) la relación dialéctica
entre los sexos como dimensión decisiva del entramado social, pero para
explicar las diferencias, desigualdades
y relaciones de subordinación entre hombres y mujeres no como algo
biológicamente dado, sino como socialmente construido. No
es una “subdivisión” de la historia, la
expresión del feminismo organizado, ni el mero resultado de una ampliación del
campo de investigación histórica. La historia de género es una propuesta
historiográfica “en proceso de construcción”, y, en definitiva, una verdadera
“revolución historiográfica” al pretender reformular y reescribir la historia
en su conjunto desde la perspectiva
del género, a partir de un nuevo marco conceptual y de unos nuevos instrumentos
metodológicos.
En la práctica de hoy, la historia de
género son estudios y monografías sobre el matrimonio, la cultura
específicamente femenina, la vida cotidiana, el trabajo femenino, la
prostitución, la violencia sexual y familiar, la maternidad, la religiosidad o
la castidad, entre otros.
Utilidad
en la Escuela
Algunos os
preguntaréis que tiene que ver la historia de género con este blog. O con las
enseñanzas medias. Pues bien, desde las instituciones educativas debemos (me
incluyo, como futura docente) de ser capaces de dar salida a estos temas de no
sólo actualidad historiográfica, sino de actualidad social, e intentar incorporarlos
a los currículos de Ciencias Sociales en la medida de lo posible. Esto puede
contribuir no sólo a una renovación metodológica por parte de los docentes, sino
también contribuir a la difícil tarea de la enseñanza de valores en el aula,
como es la igualdad.
Bibliografía
Para un
acercamiento al tema, son interesantes los trabajos de unas de sus principales
teóricas y practicantes: J.W. Scott, Gender
and the Politics of History, Nueva York, 1999; "El género: una
categoría útil para el análisis histórico", en J.S. Amelang y M. Nash, Historia y género. Las mujeres en la Europa
moderna y contemporánea, Valencia, 1990, pp. 23-56, e “Historia de las mujeres”,
en P. Burke, Formas de hacer historia,
pp. 59-88, y el monográfico “Las relaciones de género”, Ayer, 17 (1995).
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